Caminabas Virgen pura, desde Egipto hacia Belén,
y en mitad de tu camino el niñito tenia sed.
A lo lejos divisaste a un ciego mercader ,
que frutas frescas llevaba, al mercado a vender.
Al sentir llorar al niño que tenia mucha sed ,
de buen grado le ofreció frutos dátiles y miel.
La virgen le sonreía mientras el ciego decia,
llévese estas naranjas que el camino es muy largo
por si vuelve a tener sed.
Una vez que se marcharon, el ciego un grito
exhaló
¿Quién es esa señora que han echo mis ojos ver?
¡Ella es la madre de Dios ,que va camino a Belén!
¡Bendita sea la Virgen y el hijo de Dios también!
Autora Josephine Ruiz
Derechos de autor.
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