lunes, 26 de abril de 2010

No medejes.




Por la mañana temprano,
cuando el sol ya despuntaba,
te vi bajar del caballo,
mientras mis labios, temblaban.
Una alondra con sus trinos,
de alegría nos cantaba.
Me cogiste entre tus brazos,
y abrazaste a mi alma.

Un día sentí en el pecho,
que un puñal me atravesaba.
Senti mi sangre bullir
y mi cuerpo que se helaba.
Tuve un mal presentimiento,
sentí, que ya no me amabas.

Abrazándome a tu cuerpo.
Te dije desesperada,
¡No me dejes vida mía!,
de mi lado no te vayas,
que vivir, sin ti no es vida,
y yo sin ti no soy nada.

Autora:Josephine Ruiz.
Derechos de autor resevados.