viernes, 5 de junio de 2009

París monamour..


París huele a perfume

de rosas frescas;

a nubes bajas y blancas;

a nostalgia de un amor encontrado y perdido,

ahogado en el Sena.

Aúna melodía de recuerdos.

París huele a madera noble

de ese viejo teatro de los sueños

que a través de los años cruje.

París huele a refugio;

a café y aguardiente,

al humo de los cigarrillos de

sus bohemios artistas.


Huele a eso y más…

a las notas de un viejo violín…

París huele a colores

tan intensos como un arco iris

después de una tormenta;

a los tímidos rayos de un sol de primavera;

huele al arte del vino, a sus calles hermosas.

París huele a dulzura de amantes clandestinos.

A una amistad sincera de dos enamorados

que sin saber que, siendo tan amigos,

están encadenados.

París huele a ternura, a pétalos de rosa;

París huele al hermoso despertar

de los amantes que

de amarse tanto y tanto,

sus bocas aparecen llenas

de infinitos hallazgos.


Paris huele a fragancias.

París huele a tu ausencia.



Autora: Josephine Ruiz.

Derechos de autor.