Te quiero tanto, tanto te quiero
la caricia de tus manos en mi piel.
El estar abrazados y en silencio.
¡Ay! lo que siento por dentro.
Recordando los momentos
en que todo era distinto
y nos teníamos los dos.,
Una y otra vez,
resuena en mi cabeza,
aquel suspiro de aliento
con que me dijiste un día,
que de todo te reías,
que jamás serías mío,
que todo era puro cuento.
Mientras que yo ilusa y ciega,
coladita hasta los huesos,
sólo miraba por ti.
Pero ahora todo ha cambiado
y aunque ya he abierto los ojos,
y para mí, estás bien muerto,
para más castigo mío,
debo de reconocer, que
aunque mil años viviera,
este amor endemoniado
que en mi alma has alojado,
nunca dejará de ser.
Autora:Josephine Ruiz
Derechos Reservados.
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